top of page

RECURSO EDUCATIVO DE HISTORIA Y ARTE: ANFÍPOLIS: ARQUEOLOGIA EN MOVIMIENTO COMO OBJETO DE ESTUDIO.


Esta mañana me he topado con una noticia en la pagina de Facebook de Historia National Geographic

10694243_876278875717375_2749543221701456918_o.jpg

Un equipo de arqueólogos griegos se está aproximando a la cámara funeraria de la inmensa tumba de Anfípolis, la más grande hallada en Grecia.

Las excavaciones arqueológicas en la tumba de Anfípolis, en la región de Macedonia, afrontan una fase crucial tras el hallazgo de un pavimento en la antecámara formado por trozos de mármol blanco sobre una superficie rojiza, según informó Greek Reporter el pasado 1 de septiembre. Los arqueólogos griegos, que excavan la tumba desde 2012, retiraron recientemente los enormes bloques de piedra que sellaban la entrada y los escombros que impedían el acceso a la antecámara, al final de la cual se levanta otro muro que presenta un sospechoso agujero en su parte superior, un indicio de que la tumba pudo haber sido saqueada en un pasado remoto, aunque por el momento todo son conjeturas. También se ha especulado sobre quién podría ser el propietario de este desaforado túmulo de casi 500 metros de perímetro que ha sido datado a finales del siglo IV a.C., tras la muerte de Alejandro Magno. No hay otra tumba como ésta en Grecia o en los Balcanes, ha afirmado Katerina Peristeri, la directora de las excavaciones.


La construcción de la tumba ha sido atribuida a Dinócrates, un arquitecto y urbanista griego, asesor de Alejandro Magno, quien diseñó la ciudad de Alejandría en Egipto. Su tamaño es diez veces mayor que la de Filipo II de Macedonia, el padre de Alejandro Magno, hallada en 1977 en Vergina, en la Macedonia Central. La tumba de Anfípolis podría pertenecer al almirante Nearcos o a Roxana y a Alejandro IV, la mujer y el hijo de Alejandro Magno, quienes fueron condenados al ostracismo y asesinados. También ha sido relacionada con el mismísimo Alejandro, aunque parece improbable porque el conquistador macedonio murió en Babilonia. En las próximas semanas se conocerán nuevos detalles de este hallazgo que ha ocasionado un importante revuelo mediático.


Los arqueólogos están a punto de acceder a la cámara principal de la tumba más grande hallada en Grecia, que según parece está intacta.


Uno de los secretos mejor guardados de la Antigüedad clásica está a punto de ser revelado al mundo. Los especialistas tienen la absoluta certeza de que la tumba de Anfípolis, la más grande hallada en Grecia, en la región de Macedonia, oculta los restos de un personaje muy importante de la antigua aristocracia macedonia. La construcción de la tumba ha sido fechada entre los años 325 y 300 a.C., es decir, en una época cercana a la muerte de Alejandro Magno, quien según las crónicas expiró en Babilonia en el 323 a.C.


Tras retirar los enormes bloques de piedra que sellaban la entrada principal, flanqueada por dos esfinges desprovistas de sus cabezas y alas, los arqueólogos abrieron paso a través de los escombros acumulados en la antecámara hasta topar con una nueva entrada, que según parece es la que conduce a la cámara principal. El pasado sábado, y según informaciones del Ministerio de Cultura de Grecia, los arqueólogos excavaron dos cariátides de un valor artístico excepcional que, de forma simbólica, custodian los restos del misterioso difunto.


La cariátide situada a la izquierda de la nueva entrada presenta un buen estado de conservación, mientras que la que está situada a la derecha ha perdido todo el rostro. Según los investigadores, sus brazos izquierdo y derecho, respectivamente, estaban desplegados como si quisieran impedir el acceso a toda persona que intentara traspasar la entrada. Ambas cariátides fueron talladas con mármol de la isla de Tasos y aún conservan restos de pigmentos rojos y azules. Los arqueólogos esperan salvar este nuevo obstáculo y acceder así a la cámara principal.” (Fuente: http://www.nationalgeographic.com.es )


A partir de aquí son numerosas las actividades que se pueden plantear a nuestros alumnos, con el fin de presentarles la arqueología como una ciencia viva que nos permite conocer a tiempo real la evolucion de un estudio historico o historicoartístico. Además, podemos jugar, dependiendo de la edad del alumnado, con la fantasía del arqueólogo aventurero. Se pueden proponer desde juegos de roles en los cuales ellos mismos se convierten en “Indiana Jones” a búsquedas de información más serias o debates sobre el propio descubrimiento.


Pero antes, conozcamos un poco mejor qué es Anfípolis:


ANFÍPOLIS

Localización de Anfípolis. Coordenadas: 40°49′N 23°51′E / 40.82, 23.85.

Anfípolis (en griego antiguo Aμφίπολις Amphípolis, en griego moderno Αμφίπολη Amfípoli) fue una ciudad griega de la Antigüedad, en Macedonia oriental, situada en la península semicircular formada por el río Estrimón a 4 km de su desembocadura. Su nombre se debía precisamente a esa situación. Estaba en una encrucijada de caminos, al oeste del monte Pangeo. El río la unía con el puerto de Eyón.

Amphipolis_location1.jpg

Los orígenes de la ciudad

La ciudad pertenecía en el siglo VI a. C. a la tribu tracia de los edones Sus habitantes controlaban el valle del Estrimón y la ruta de Macedonia a Tracia (la posterior Vía Egnatia).

Darío I envió al general Megabazo al oeste a someter a los peonios, en el valle alto del Estrimón y llegó hasta la ciudad de Eyón, en la desembocadura del río, y la convirtió en la capital aqueménida de Europa. Los edones proveían de lo necesario a la guarnición persa.

Cuando Jerjes I invadió Grecia tendió un puente que cruzaba el río en Ennea Hodoi (Nueve Caminos), no se sabe si permanente o provisional.

La deidad principal de la ciudad fue Artemisa Taurópolos o Brauronia. El ciudadano más célebre fue el gramático Zoilos. Eyón era el puerto de Anfípolis.

En 492 a. C., los persas además de haber sometido a los jonios y haber pacificado Tracia, anexionaron Macedonia a su imperio.


Cuando los persas se retiraron en 479 a. C., los atenienses volvieron a intentar conquistarla. En el invierno de 476-475 a. C., Cimón puso asedio a Eyón y la tomó. Boges, el comandante persa, se suicidó. Diez años después Atenas probó de nuevo conquistar Ennea Hodoi, pero fueron derrotados, y Sófanes, el comandante ateniense murió en la contienda (465 a. C.)

800px-Amphipolis_Strymon2.jpg

A lo largo de todo el siglo V a. C., Atenas buscaba asegurarse el control de Tracia que revestía una gran importancia estratégica por sus materias primas, metales preciosos (oro, plata) del Pangeo, madera, indispensable para la construcción naval, y por ser la ruta marítima de los estrechos que garantizaba el aprovisionamiento de trigo de Escitia.

El lugar en que estaba situada Anfípolis lo intentó colonizar en primer lugar Aristágoras de Mileto en el 497 a. C. Trató de establecerse en Mircino de Tracia, ciudad junto al Estrimón a 7 km al norte de Anfipolis, pero murió luchando con los tracios edones, habitantes de la zona.


Treinta y dos años después, hacia el 465-464 a. C., a fines del verano - principios del invierno, lo intentaron los atenienses que enviaron a Sófanes, hijo de Leagro y a 10.000 colonos, pero los tracios edones acabaron con la expedición, matando a muchos en Drabesco.


Treinta años después Hagnón, el estratego ateniense hijo de Nicias, consiguió conquistarla. La ocupó en 437-436 a. C., y estableció colonos, atenienses y griegos de otras polis. La ciudad fue refundada a partir del puerto de Eyón, en la desembocadura del Estrimón, que era una vieja base ya utilizada por los persas, conquistada por Cimón y convertida en emporion ateniense. Hagnón planificó la ciudad de forma que por tres de sus lados estaba defendida por el río Estrimón y en el cuarto construyó una muralla. También acometió la tarea de la construcción de un puente.


Anfípolis prosperó y fue una de las colonias atenienses más valiosas. Eclipsó a Eyón que acabó convirtiéndose en su puerto.

Plan_Amphipolis-fr3.png

La nueva fundación se llamó Anfípolis, literalmente «en torno a la ciudad», nombre sobre el cual los lexicógrafos han discutido ampliamente, a pesar de las explicaciones muy claras de Tucídides (iv,102,3): una noticia de la Suda (presente también en el Lexicon de Focio) lo comenta y recobra una explicación proporcionada, según Harpocración, por Marsias de Pella (FGrH 135/6), según la cual una población numerosa vivía alrededor de la ciudad. Más frecuente, y también mucho más verosímil es la explicación dada por el gramático Julio Pólux (Onomasticon, 9.27.5): el nombre indicaría la vecindad de un istmo o de un vado. Pero es el Etymologicum Genuinum el más explícito, con la siguiente definición (entrada 725, s. v. Anfípolis): «ciudad de los atenienses o de Tracia, que se llamaba anteriormente Nueve Caminos, (así llamada) porque está delimitada y rodeada por el río Estrimón» (griego πόλις Ἀθηναίων ἢ Θρᾴκης, ἥτις ἐκαλεῖτο πρότερον Ἐνάοδοι διὰ τὸ περιέχεσθαι καὶ περιοδεύεσθαι ὑπὸ τοῦ Στρυμῶνος ποταμοῦ). Esta descripción corresponde efectivamente al emplazamiento de la ciudad (ver esquema contiguo) y a la descripción de Tucídides.

Anfípolis fue desde entonces el principal punto de apoyo ateniense en Tracia y, como tal, el punto de mira de sus adversarios lacedemonios: el elemento ateniense era muy minoritario en la ciudad (Tucídides, iv,105,1) y el general espartano Brásidas consiguió ponerla en contra de su metrópolis en 424 a. C., sobre todo, gracias a la ayuda de los habitantes de la localidad vecina de Argilo. Anteriormente, al estallar la Guerra del Peloponeso (431 a. C.), Brásidas había invadido las posesiones atenienses al norte. Una expedición de socorro, que contaba con naves de la isla de Tasos, dirigida por el estratego (e historiador) Tucídides hubo de conformarse con socorrer a Eyón sin lograr apoderarse de Anfípolis al llegar demasiado tarde. Este fracaso le supuso el exilio a Tucídides. La ciudad fue un obstáculo para el armisticio entre Esparta y Atenas, la cual no quería firmar sin recuperar Anfípolis.

Una nueva expedición ateniense, bajo el mando de Cléon fracasó de nuevo en 422 a. C.: Cleón y su adversario Brásidas encontraron la muerte en una batalla bajo los muros de Anfípolis, que conservó así su independencia. Independencia que mantuvo hasta el reinado de Filipo II, a pesar de las nuevas tentativas atenienses, debidas principalmente al gobierno de Calístrato.

Los atenienses tuvieron que ceder y firmar la Paz de Nicias, con la promesa de una futura entrega por parte de Esparta; pero los colonos (entre los cuales los atenienses eran minoría) rehusaron volver a la Confederación de Delos, lo que constituyó un motivo más de conflicto entre la dos potencias. Anfípolis formó una estrecha alianza con Olinto.

Cuando se remprendió la guerra en el año 403 a. C. (Guerra de Decelia), la lucha por Anfípolis se reanudó. Su reconquista fue un objetivo prioritario para Atenas hasta el final de la Guerra del Peloponeso en 404 a. C.

En la primera mitad del siglo IV a. C. los atenienses intentaron recobrarla por la vía diplomática, pero no lo consiguieron.


De colonia ateniense a ciudad romana

En 365 a. C. el rey Pérdicas III de Macedonia precisó de la ayuda de Atenas y cooperó con el comandante ateniense Timoteo en la conquista de Anfípolis. Pero una vez conquistada el rey de Macedonia se la apropió y rompió la alianza con Atenas.

450px-Amphipolis_fortifications4.jpg

En 357 a. C., Filipo II hizo saltar el cerrojo que formaba Anfípolis en el camino hacia Tracia y conquistó la ciudad, que Atenas había intentado recuperar en vano en los años precedentes. Según el historiador Teopompo, esta conquista habría sido objeto de un acuerdo secreto entre Atenas y Filipo II, por el cual, el rey macedonio se habría comprometido a entregar la ciudad a cambio de la plaza fuerte de Pidna. Pero el macedonio incumplió el tratado al no ceder Anfípolis y sitiar Pidna.

Atenas entró en negociaciones con Filipo II, le ofreció ayuda a cambio de Anfípolis. Filipo aceptó y retiró las fuerzas macedonias de la ciudad, que pasó a ser independiente. Los atenienses esperaban apoderarse fácilmente de ella, aislada y sin aliados o protectores, pero el ataque de Timoteo de Atenas fue rechazado con la ayuda de Olinto (359 a. C.) A continuación Filipo II, consolidado en el poder, regresó a la ciudad y la ocupó. Estableció una guarnición y los enemigos de Macedonia fueron enviados al exilio. En 357 a. C., una revuelta entre los aliados atenenienses incitada por el sátrapa de Caria, Mausolo, impidió a los atenienses cualquier acción militar sobre Anfípolis.

Tras la conquista por Filipo, la ciudad no fue incorporada inmediatamente al reino macedonio (Hatzopoulos 1996) y conservó durante algún tiempo sus instituciones y una cierta autonomía. En aquel momento la frontera macedonia aún no se había extendido al este. Filipo instaló, no obstante, a macedonios en Anfípolis y la ciudad, llegó ser de hecho macedonia: la nomenclatura, el calendario y la moneda. Referente a la moneda, las estáteras de oro salidas del nuevo taller construido por Filipo, para acuñar el oro del monte Pangeo, reemplazaron a las dracmas anfipolitanas.

Bajo el reinado de Alejandro Magno, Anfípolis fue una importante base naval, y tres de los más célebres almirantes de Macedonia eran originarios de Anfípolis: Nearco, Andróstenes, y Laomedonte, cuya sepultura estaba indicada probablemente por el famoso león de Anfípolis. Alejandro planeó construir un lujoso templo dedicado a Artemisa Taurópola, que finalmente no fue erigido. Después de su muerte el 11 de junio de 323 a. C., su viuda Roxana se estableció en Anfípolis.

Anfípolis se convirtió en una de las principales estaciones del camino real de Macedonia oriental (como atestigua un mojón encontrado entre Filipos y Anfípolis que proporciona la distancia desde esta última), además de la Vía Egnatia, la principal vía romana que atravesaba el sur de los Balcanes. Además de las murallas de la ciudad (cf. fotografía), de este periodo no quedan restos y sólo pueden contemplarse el gimnasio y una rica casa decorada con frescos muy bien conservados.

Si el plano de la ciudad es mal conocido, sus instituciones no lo son, gracias a una rica documentación epigráfica: una ordenanza militar de Filipo V y una ley efébica fueron encontradas en el gimnasio.

Tras la victoria final del ejército romano sobre Macedonia en 168 a. C., en la batalla de Pidna, Anfípolis pasó a ser la capital de la primera de las cuatro mérides, creadas por los romanos para reemplazar al reino de los Antigónidas. La reorganización de Macedonia la llevó a cabo el cónsul Lucio Emilio Paulo Macedónico.

Durante la guerra contra Bruto y Casio que terminó en la Batalla de Filipos, fue base de los triunviros en el año 42. Estos, después de la batalla, para impedir el reagrupamiento de los supervivientes de los cesaricidas, la colocaron bajo el control de Cayo Norbano Flaco, y, como premio a su lealtad, la declararon ciudad libre (civitas libera), es decir, nominalmente independiente y aliada de Roma.

Pablo de Tarso la visitó en el año 50 de camino a Tesalónica.


La renovación de la antigüedad tardía


Al final de la antigüedad, Anfípolis participó de la prosperidad económica de la provincia romana de Macedonia, cuyo testimonio es la multiplicación de iglesias cristianas. Significativamente, sin embargo, estas iglesias fueron construidas en un área restringida, al abrigo de los muros de la acrópolis: son el signo de que el gran perímetro fortificado antiguo no era defendible, y de que la población de la ciudad había disminuido considerablemente.

No obstante, el número, el tamaño y el lujo de las iglesias construidas entre el siglo V y el VI eran impresionantes: cuatro basílicas adornadas con ricos pavimentos de mosaicos y una cuidada escultura arquitectónica (ver el capitel con prótomes de carnero) han sido excavadas, así como una iglesia de planta central, hexagonal, que recuerda la de la San Vital de Rávena. Esta actividad edilicia sólo puede comprenderse sabiendo que la Iglesia local acertó al beneficiarse de los antiguos circuitos del evergetismo, lo que desembocó en que la riqueza agrícola se tradujera en el crecimiento arquitectónico del centro urbano.

Anfípolis fue entonces un obispado sufragáneo de Tesalónica; el obispo es mencionado por primera vez en 553.


De la reducción del área urbana a la desaparición de la ciudad

Las invasiones eslavas de finales del siglo VI acabaron por arruinar progresivamente el territorio interior anfipolitano, y acarrearon el declive de la ciudad, cuyos habitantes se replegaron en un primer momento en la acrópolis. Las murallas fueron preservadas, gracias a los materiales de construcción saqueados (spolia) y reutilizados de los diversos monumentos de la ciudad; las grandes cisternas, en desuso, de la ciudad alta fueron ocupadas por pequeñas casas y talleres de artesanos. Hacia la mitad del siglo VII, se produjo una nueva reducción del área urbana, con la construcción de una nueva muralla con torres pentagonales, que atravesaba la acrópolis, por en medio de los monumentos existentes, así como las termas romanas, y sobre todo la basílica episcopal.

La ciudad fue probablemente abandonada en el siglo VIII. El último obispo del que se tiene noticia es en el 787. Los habitantes se refugiaron en la vecina Eyón, puerto de Anfípolis, reconstruida y vuelta a fortificar en época bizantina, con el nombre de Crisópolis. Dicho puerto conoció una cierta prosperidad, antes de ser abandonado en la época otomana. Los bizantinos la denominaron Popolia, y actualmente posee el nombre de Neokhorio.

Los últimos signos de actividad registrados en las inmediaciones de la ciudad consistieron en la construcción en 1367 de una torre fortificada al norte de la ciudad, por el gran primicerio Juan y el estratopedarca Alexis, con el fin de proteger las tierras que ambos habían donado al monasterio atonita del Pantocrátor.


La exploración de Anfípolis

El sitio ha sido reconocido y descrito por numerosos viajeros y arqueólogos desde el siglo XIX, como E. Cousinéry (1831) (véase grabado adjunto), L. Heuzey (1861), y P. Perdrizet (1894–1899). Este último sitúa las necrópolis al este de la ciudad antigua. Señala que el vasto conjunto comprendía de norte a sur tres cementerios: el helénico, el imperial y el cristiano. En 1934, M. Feyel, de la École française d'Atenes, dirigió una misión epigráfica y sacó a la luz los restos del león funerario.

Pero las excavaciones no fueron comenzadas, en realidad, hasta después de la Segunda Guerra Mundial y fueron realizadas por la Sociedad Arqueológica de Atenas (D. Lazaridis entre 1972 y 1985) y el Servicio arqueológico, que sacaron a la luz una necrópolis, la muralla de la ciudad baja (fotografía) y los excepcionales vestigios (pilares de madera) de uno de los dos puentes sobre el Estrimón, el gimnasio, una gran residencia helenística y las basílicas de la acrópolis.


Gran túmulo sepulcral

En septiembre del 2014 están en curso las excavaciones de una sepultura en Anfípolis que se ha fechado entre los años 325 y 300 a. C. El túmulo funerario está ubicado en la denominada Colina Kasta, donde ya se realizan trabajos arqueológicos desde el año 2012. El complejo consta de un túmulo de unos 500 metros de ancho que se encuentra rodeado en la base por una muralla de piedra de tres metros de alto y cuenta con una avenida procesional que culmina en un pórtico custodiado por dos esfinges de mármol, dispuestas en un modo ligeramente similar a los mucho más antiguos leones de la puerta principal de Micenas. Por otra parte, el equipo arqueológico, dirigido por Katerina Peristeri, cree que el ya conocido León de Anfípolis, una escultura monumental de un león sedente de mármol, descubierta a principios del siglo XX por personal del ejército griego, habría servido originalmente como pináculo o coronación del túmulo.

10582774_876278872384042_2658675992189910796_o.jpg

Las características, escala y datación provisional del túmulo funerario motivaron especulaciones en torno a quién o quiénes serían los personajes enterrados en el lugar. Apenas se reveló el hallazgo, circuló en los medios de comunicación la idea de que el complejo pudiera ser la tumba de Alejandro Magno, lo que se considera improbable; la tumba de uno de sus familiares cercanos o colaboradores, como el general Laomedón o la asesinada esposa de Alejandro, Roxana; o que sea un monumento de conmemoración colectiva en honor a los caídos en cierta Batalla de Drabesco, probablemente refiriéndose a un combate en el que las pesadas formaciones de hoplitas atenienses fueron derrotadas por los ligeros peltastas tracios en el año 465 a. C., ocurrido en fecha anterior a la supuesta datación del monumento.” (fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Anf%C3%ADpolis )

Te puede interesar...
Entradas recientes
Búsqueda por etiquetas
No hay tags aún.
bottom of page